El colapso sanitario en India: una advertencia para Colombia y el mundo


La segunda ola de coronavirus, iniciada a mediados de marzo en India, con cerca de 6 millones de casos en abril, tiene sumido al país en un devastador colapso sanitario. Esa cifra alcanzada en un mes, revela más casos de infectados que los acumulados por Argentina y Colombia en más de un año, lo que demuestra la magnitud de la tragedia que vive su población cercana a los 1.400 millones de habitantes. Lo más impresionante, es que las estadísticas del gobierno indio muestran cifras que bordean los 18 millones de casos desde el año pasado cuando inició la pandemia. 

Sin embargo, se teme que dicho número no es real y resulta aterrador que podría ser mayor a 500 millones de casos, es decir, superior hasta 30 veces lo reportado oficialmente. La explicación radica en la advertencia que han venido haciendo los funcionarios de la salud y científicos de India, sobre la carencia de información veraz acerca de los infectados y las muertes producidas por la COVID-19. En efecto, es atribuida a la sorpresiva llegada de la segunda ola, la rápida propagación del virus, el desbordamiento en la capacidad de pruebas, problemas logísticos, errores humanos e infraestructura deficiente. El punto álgido es que las muertes estarían sub registradas en una relación 2:5, significando que de 200 mil informadas el miércoles 28 de abril, realmente podrían llegar a un millón.

La situación es caótica por la variante “doble mutante” del coronavirus que, a juicio de los científicos, es mucho más contagiosa y resiste parcialmente a las vacunas, extendiéndose por todo el país, acarreando que los hospitales de la capital Nueva Delhi y del resto de ciudades, no reciban pacientes tras llenarse y quedarse sin oxígeno. Por consiguiente, de un lado, ha sido necesario improvisar en cualquier espacio centros de salud, fuera de los hospitales, brindando atención médica después de muchas horas de espera para recibir tratamiento. De otro lado, la crisis afecta fuertemente a los cementerios y crematorios que se encuentran abarrotados, debiéndose recurrir a fosas comunes para el entierro de los millares de cadáveres.  

Por ello es importante la ayuda externa ofrecida por Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania y Pakistán, quien pese a su rivalidad con India se muestra solidario. Ciertamente, desde su independencia del Imperio Británico en 1947, los dos potencias nucleares se disputan la dividida región de Cachemira, habiendo librado dos guerras y varios conflictos menores. 

Es claro que la asistencia extranjera con equipos médicos, ventiladores y oxígeno primordialmente, será vital para India; pero también para el mundo, por la amenaza que representa esa gigante incubadora de mutaciones y evoluciones del virus. De hecho, hasta que su población no se vacune con éxito, India representa un riesgo para todo el mundo, de manera que “nadie está a salvo hasta que todos estemos a salvo”, como lo manifestó el secretario de relaciones exteriores británico, cuando el Reino Unido hizo llegar los primeros envíos de ayuda el martes pasado. 

Ante la profunda crisis sanitaria, el Instituto Serológico de India que produce más del 60% de las vacunas que se venden a nivel mundial y las autoridades de salud pública, han cambiado las prioridades. Es así como este Instituto que respalda el mecanismo Covac de Naciones Unidas para su distribución equitativa, no entregará las 90 millones de dosis a 60 países, programadas entre marzo y abril. Esta situación se podría extender en los meses subsiguientes, generando una sensible afectación global por la menor disponibilidad de vacunas contra la COVID-19. 

Sin duda, es una ineludible responsabilidad del gobierno indio enfrentar el promedio de 300 mil contagios diarios en las últimas semanas, lo que ha triplicado la primera ola de infecciones que ascendió a 100 mil y fue controlada con relativo éxito. En tal sentido, se está haciendo lo posible para eliminar las restricciones al suministro de vacunas y aumentando la producción de su vacuna nacional Covaxin, pero la mayor crítica recae en la falta de reforzamiento del sistema de salud durante 2020. Esto se evidencia con el rechazo de los pacientes, quienes terminan buscando y obteniendo por si mismos el oxígeno medicinal, lo que a la postre no se logra y es causa del actual récord mundial de contagios y muertes.

No obstante, gran parte del problema obedece a que muchas personas en la India relajaron las medidas de bioseguridad, confiándose en la baja tasa de contagios durante varios meses. Es decir, bajaron la guardia en las medidas básicas para salvar la vida, especialmente por parte de los políticos y religiosos  que le restaron importancia a la pandemia, subestimándola y convocando a reuniones masivas, con la anuencia del gobierno que fue permisivo. En síntesis, las concentraciones multitudinarias de personas reunidas, muy cerca las unas de las otras, estuvieron a la orden del día con peregrinaciones religiosas como la celebración del Kumbh Mela, la más grande del país, y los mítines políticos realizados por el gobernante Partido Popular Indio, durante las elecciones estatales.

Lo anterior ilustra lo que puede suceder en países como Colombia donde la indolencia de la dirigencia política y sindical, amparándose en el derecho constitucional a la protesta social, impulsa centenares de manifestantes a que arriesguen sus vidas. Cabe reflexionar si la soterrada amalgama de mezquinos intereses no convierte a los fervientes e ingenuos seguidores, en carne de cañón para una pandemia que no distingue ni tiene miramiento con credos políticos, religiosos o de cualquier otra índole. 

No dejemos que las heridas políticas, sociales, económicas y de salud pública de la pandemia, conviertan a Colombia en un paciente crónico de la COVID-19. El palo no está para cucharas y la exposición es muy alta, no pongamos a prueba nuestro endeble sistema de salud que, en últimas, sería muy precario frente a una crisis sanitaria de gran dimensión. 

Publicada: 2 mayo, 2021. Disponible en https://724noticias.com.co/2021/05/02/el-colapso-sanitario-en-india-una-advertencia-para-colombia-y-el-mundo/

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