El conflicto Israel-Palestina


Más de 100 muertos y centenares de heridos, es el saldo de los ataques balísticos de esta semana entre las fuerzas israelíes y combatientes palestinos, en la Franja de Gaza y Cisjordania. Según Israel, la confrontación supera los 2.000 cohetes lanzados desde Gaza, por la milicia palestina de Hamas, contra objetivos israelíes que han sido defendidos con su sistema de interceptación de misiles Domo de Hierro, con una efectividad que supera el 90%. Al mismo tiempo, Israel ha respondido con bombardeos aéreos destruyendo edificios y causando la mayoría de las muertes en territorio palestino.

Las tensiones comenzaron con disturbios provocados durante la festividad del Ramadán, a mediados de abril, enfrentando a la policía y los grupos palestinos que protestaban contra las barreras de seguridad en la ciudad vieja de Jerusalén, que les habían impedido reunirse allí durante la noche. El florero de Llorente lo constituyó el plan para desalojar familias de sus hogares palestinos, en el barrio de Sheij Jarrah, para abrirle paso a nuevos asentamientos de colonos judíos. Es así que a principios de este mes, como producto de los choques entre manifestantes que apoyaban a las familias amenazadas y la policía israelí, en la Explanada de las Mezquitas, más de 700 palestinos resultaron heridos.

Este antiguo conflicto, entre israelíes y palestinos, viene desde que dejó de regir el Mandato británico de Palestina iniciado en 1920, con la declaratoria de independencia de Israel en mayo de 1948, quedando inconcluso el plan original de partir el territorio entre palestinos y judíos, de acuerdo a la Declaración de Balfour (2-NOV-1917). En efecto, esta fue la piedra fundacional del Israel moderno, pero también un acto de traición para la mayoría de los palestinos, que dio paso al desplazamiento de millares de personas que perdieron sus hogares, obligando su reagrupación en Cisjordania y Gaza, bajo el control de Jordania y Egipto, respectivamente, y en los campos de refugiados creados en otros Estados árabes.

A partir de la línea de armisticio de 1949, luego de la primera guerra árabe-israelí, se definieron dos territorios palestinos: Cisjordania que incluye Jerusalén Oriental (5.970 km2) y la Franja de Gaza (365 km2), que limita con Israel, Egipto y la costa del mar Mediterráneo. Sin embargo, la Franja fue ocupada por Israel en la Guerra de los Seis Días entre el 5 y 10 de junio de 1967, desocupándola solo hasta 2005, pero manteniendo un permanente bloqueo aéreo, marítimo y terrestre, lo que restringe el movimiento de los palestinos, sus bienes y servicios. Actualmente, Cisjordania está gobernada por la Autoridad Nacional Palestina y la Franja de Gaza es controlada por Hamas, principal grupo islámico palestino que desconoce los acuerdos firmados por las demás facciones palestinas e Israel.

Dicha organización nacionalista y yihadista, fundada en 1987, tiene como objetivo “el establecimiento de un Estado de Palestina completamente soberano e independiente, con Jerusalén como capital, en las fronteras del 4 de junio de 1967”, a través de la lucha armada. Hamas, ha sido declarada como una organización terrorista por Estados Unidos, la Unión Europea, Israel, Canadá, Australia y Japón, por sus persistentes ataques a objetivos israelíes y la decisión contenida en su carta fundacional de destruir al Estado de Israel, en una cruzada de resistencia islámica. De hecho, asegura que lanza cohetes contra Israel como legítima defensa, en represalia contra la muerte de sus partidarios a manos de israelíes y en ejercicio de su derecho a resistir la ocupación y el bloqueo. 

El conflicto es tan complejo y genera tanta polarización, porque mientras para Israel la confrontación tiene su raíz en un reclamo religioso, para los palestinos se plantea en un conflicto de ocupación. De ahí que Palestina acusa al gobierno israelí de los permanentes ataques a lugares cristianos y musulmanes, como la Mezquita de Al-Aqsa ubicada en Jerusalén, para desviar el conflicto de ocupación hacia otro religioso. También denuncia la reducción de su territorio autónomo, con la constante y progresiva construcción de asentamientos de colonos judíos en Cisjordania y Jerusalén oriental, cuyas viviendas son ilegales conforme al Derecho Internacional. Así mismo, recrimina la barrera de seguridad alrededor de este territorio, la cual ha sido condenada por la Corte Internacional de Justicia de La Haya. 

Por ello es claro que mientras no se resuelvan las causas estructurales  del conflicto, vientos de guerra será el común denominador en el medio oriente. Para alcanzar una paz duradera, se requiere que Israel apoye un Estado soberano para los palestinos, incluyendo a Hamas, levantar el bloqueo sobre Gaza y eliminar las restricciones al libre movimiento en Cisjordania y Jerusalén Oriental. En tanto, los grupos palestinos tendrán que renunciar a la violencia y reconocer al Estado de Israel. Además, lograr acuerdos sensatos respecto a fronteras, asentamientos judíos y retorno de refugiados, que para Israel significa una amenaza a su existencia. 

No obstante, el punto más álgido sin el cual no será posible resolver el conflicto se llama Jerusalén, en poder de Israel tras la guerra de los 6 días en 1967, dado que tanto la Autoridad Palestina que gobierna Cisjordania y el grupo Hamas que controla Gaza, reclaman la parte oriental de la ciudad como su capital. En consecuencia, Jerusalén, considerada indivisible para Israel, constituye una línea roja no sujeta a concesiones, por el simbolismo que representa esta ciudad sagrada para judíos, cristianos y musulmanes. En concreto, el muro de las lamentaciones para los judíos, la iglesia del Santo Sepulcro para los cristianos y la Mezquita de Al-Aqsa, junto a la Cúpula de Roca que contiene la piedra desde donde Mahoma subió a los cielos, según la creencia musulmana.

Publicada: 9 mayo, 2021. Disponible en https://724noticias.com.co/2021/05/16/el-conflicto-israel-palestina/

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