El repliegue militar extranjero de Afganistán

 

Después del 11 de septiembre de 2001, tras los atentados terroristas a las torres gemelas en Nueva York y el Pentágono, en Estados Unidos, las tropas estadounidenses arribaron a Afganistán. Su finalidad, con una coalición militar liderada por la primera potencia mundial, expulsar al gobierno talibán en el poder, por darle refugio seguro a Osama Bin Laden, Al-Qaeda y otros grupos terroristas asentados en su territorio. Subsidiariamente, interrumpir el uso de Afganistán como base de operaciones terroristas y atacar la capacidad militar del régimen talibán. 

Dicho objetivo se alcanzó con la avanzada de la operación militar aliada “Libertad Duradera” a partir del 7 de octubre y diciembre de 2001, lo que dio paso a la conferencia de la ONU en Alemania y al Acuerdo de Bonn. Con este Acuerdo se instauró la Autoridad Interina Afgana como poder soberano, al mismo tiempo que trazó el proceso político de Petersberg, con el que se culminó en una nueva Constitución y la elección del nuevo gobierno afgano. 

Combatir a la organización terrorista, paramilitar y yihadista, Al-Qaeda y su máximo líder Osama Bin Laden, se constituyó en una cruzada de las fuerzas estadounidenses y la OTAN, para contrarrestar la visión de su ideología circunscrita a una forma extrema islamista, la yihad, frente a países o gobiernos que supuestamente actúan en su contra, las comunidades religiosas y los grupos étnicos. De ahí que esta vía la consideran como la única oportunidad de representar los intereses del Islam, a través del terrorismo internacional.

Unido a lo anterior, el Estado Islámico fue una pieza fundamental en los acuerdos con Estados Unidos y sus aliados occidentales, e iba serlo en los acuerdos de paz con el gobierno de Kabul. Sin embargo, estos acuerdos de paz en los que se pretende establecer un modelo de convivencia conjunta con los rebeldes talibanes, tras iniciarse la salida de las fuerzas extranjeras, se encuentran estancados desde hace meses.

La intervención militar y de seguridad de casi 20 años, le ha representado a Estados Unidos  unos costos altísimos en vidas humanas y sustento económico. De hecho, al margen de los ingentes recursos empeñados para el sostenimiento de las tropas, que superan los dos billones de dólares, más de 2.500 soldados estadounidenses han muerto y más de 20 mil resultaron heridos, a lo que se le suman alrededor de 450 bajas británicas y 694 más de otras nacionalidades, pertenecientes a la OTAN. 

Adicionalmente, la muerte de más de 47 mil civiles, el desplazamiento interno de millones de afganos y la emigración de los que han huido como refugiados a otras naciones, demuestra que la población civil ha sido la más perjudicada durante el conflicto. 

Es evidente que esta “guerra interminable”, como la calificó el presidente Biden cuando dio vía libre para continuar con la iniciativa de su predecesor, Donald Trump, ha tenido más costos que beneficios para Estados Unidos y, en general, para los aliados de la OTAN. Para Biden, es claro que los afganos deben decidir su destino y que la misión militar de Estados Unidos se cumplió hace 10 años. Es decir, en mayo de 2011, cuando en Pakistán los Navy Seal acabaron con la vida de Osama Bin Laden, líder de la organización terrorista Al-Qaeda y autor intelectual de los atentados terroristas perpetrados en territorio estadounidense.

Por ello, pese a que inicialmente el repliegue de las tropas era para el primero de mayo pasado, solo hasta el 14 de abril comenzó la retirada. Desde entonces, entre 2.500 y 3.500 militares estadounidenses comenzaron  a dejar el territorio afgano, a los que hay que agregar otros 7 mil de la OTAN. No obstante, aunque ya no tiene reversa, toda vez que Biden fijó como fecha definitiva del repliegue el 31 de agosto de este año, todo indica que es una decisión precipitada, porque la ecuación militar ha cambiado y se ha movido muy negativamente frente a lo que se esperaba. Además, no se debió pasar por alto que la iniciativa de Donald Trump, al decidir la salida de Afganistán, ante todo fue empleada como una herramienta política, cuya finalidad no era otra que la de obtener su reelección.

Afganistán es muy complicado desde 2014, cuando se hizo la transición de la guerra contra Al-Qaeda y los talibanes. Si bien se obtuvieron logros en educación, derechos para las mujeres y avances en infraestructuras, la corrupción y la violencia continúan imperando. Al mismo tiempo, los talibanes controlan gran parte del territorio afgano y se disponen a ocupar las provincias donde hasta ahora se encontraban las tropas extranjeras. 

Por consiguiente, sin la cobertura aérea de Estados Unidos, la preocupación es que los talibanes podrán retomar el poder y el mayor temor es que lo alcanzado en estas dos últimas décadas quede en nada. Es así que para Biden, mantener la representación diplomática, el apalancamiento monetario y humanitario con otros países, así como el Acuerdo Bilateral de Seguridad entre Afganistán y Estados Unidos, particularmente en la seguridad del Aeropuerto Internacional de Kabul, es la apuesta central para conservar lo logrado y continuar en la búsqueda de negociar un acuerdo de paz entre el gobierno afgano y los talibanes. 

En consecuencia, surge la siguiente incógnita: ¿La estrategia diseñada por la administración Biden será suficiente para alcanzar los resultados que no se lograron, durante dos décadas de fuerte presencia militar estadounidense y de la OTAN? Si la respuesta es no, muy posiblemente Afganistán volverá a convertirse en un semillero de grupos terroristas como Al-Qaeda. En efecto, no se debe olvidar que cuando Estados Unidos abandonó Iraq, el vacío de poder coadyuvó al surgimiento de ISIS/Daesh. Pero es más, el gran riesgo está en que estalle una guerra civil, como en Siria, donde la pérdida de vidas humanas sería mucho mayor a las que se han tenido durante estos casi 20 años de conflicto. 

Nota: apreciados lectores, mi gratitud y la de mi familia por las innumerables manifestaciones de solidaridad, con ocasión de nuestra convalecencia en las tres semanas pasadas, al haber contraído la Covid-19. Una fuerte lucha superada, gracias a Dios y sus oraciones. 

Publicada: 11 julio, 2021. Disponible en https://724noticias.com.co/2021/07/11/el-repliegue-militar-extranjero-de-afganistan/

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