Chile y su proyección marítima



A propósito de las elecciones presidenciales de hoy domingo en Chile, resulta oportuno ocuparse del país austral y su proyección marítima, dado que sus gobernantes juegan un rol preponderante en materia de geopolítica, independientemente de la filiación política. Esto es, en beneficio del interés nacional, a través de una suerte de consenso tácito que supera la división izquierda/derecha.

Chile tiene un área territorial de 755.776 km2 aproximadamente, a lo largo de la costa del Pacífico del subcontinente sudamericano, configurándose en el espacio terrestre denominado Chile continental. Mucho más distante de Brasil, dado que sus riquezas se encuentran en menor proporción y de manera similar con Colombia y Venezuela. Posee una amplia gama de recursos naturales y diversas características geográficas, como su forma alargada, unido a su desmembramiento en el sur y a las continuas sectorizaciones que imponen sus ríos y quebradas transversales. Por tanto, repercuten en un efecto adverso para el desarrollo y para la acción beneficiosa del Estado, al mismo tiempo que se incrementa la dificultad para una defensa completa del territorio nacional.

En lo que hace referencia a la parte insular del territorio chileno, posee una superficie aproximada de 320 km2 e incluye varias islas del océano Pacífico. Este espacio marítimo ha sido nombrado “Mar de Chile”, mediante el Decreto Supremo Número 346 promulgado el 30 de mayo de 1974, con vigencia a partir del 4 de junio del mismo año, definiéndose como “aquellas aguas del mar que bañan o circundan el territorio nacional”. Adicionalmente, Chile tiene un litoral que abarca más de 4.300 km, lo que arroja un área de 3.409.122,34 km2 de mar, sin incluir la proyección marítima del territorio antártico chileno.

Como se evidencia, la geopolítica chilena no es ajena a sus potencialidades y tiene una particularidad que explica su aislacionismo: los intereses nacionales deben primar por sobre todas las cosas. Estos se centran en la Antártica, su proyección hacia el Asia Pacífico, la energía, la protección del ambiente, la consolidación de su territorio, la descentralización y el crecimiento poblacional. Según las estadísticas acuñadas por el Libro de la Defensa Nacional de Chile (2002), alrededor del 90% de su comercio exterior se da exclusivamente por vía marítima, incluyendo la importación de petróleo y la exportación de cobre. 

Por consiguiente, la integración interna y la construcción de rutas de transporte longitudinales hacia el sur, son sus prioridades. Así mismo, la protección de los mares se convierte en un interés nacional de inconmensurable valor estratégico, por lo que implica un esfuerzo permanente de vigilancia y soberanía Estatal. Para dinamizar la protección de los intereses chilenos, en el Libro de la Defensa Nacional de Chile (2010) se identifican tres zonas de suma importancia estratégica, las cuales forman parte del espacio vital de Chile y reciben la mayor atención en términos geopolíticos. Esto es, sus zonas norte, central-sur y austral.

En primer lugar, la zona norte que posee extensos espacios de territorio, sin una población significativa y con unas condiciones climáticas desérticas, propias para el desarrollo de actividades mineras, principal renglón económico de la exportación nacional, que contribuye en más del 10% al producto interno bruto del país. Segunda, la zona central y sur, en la que se concentra más del 85% de la población, con una producción agrícola y ganadera, a la que se suma una industria forestal importante. Adicionalmente, cumple la función de plataforma de generación de servicios, siendo el epicentro administrativo e industrial de los chilenos. Por último, la zona austral, la cual se caracteriza por su fragmentación geográfica y cuya importancia recae en el inmenso potencial económico y geopolítico, representado por la cantera de recursos naturales, su ubicación predilecta frente a los pasos interoceánicos y su proyección hacia el continente antártico.

Es importante mencionar que los únicos pasos naturales que unen los océanos Atlántico y Pacífico son el estrecho de Magallanes, el canal Beagle y el paso Drake. Los dos primeros, están bajo el control de Chile y el tercero es el que une al continente americano con el antártico. Cabe agregar que esta última zona, también tiene especial importancia en razón a que los Campos de Hielo Sur  constituyen un lugar de incalculable valor estratégico, especialmente por los recursos naturales en su interior, destacándose los de agua dulce. Estos recursos serán cada vez más importantes para los Estados en el futuro, sobre todo, por el fenómeno del cambio climático como producto de los procesos económicos. Las consecuencias saltan a la vista con la disminución de las precipitaciones, lo que acarrea la pérdida de parte de las reservas de agua en diferentes regiones del planeta. Una realidad inobjetable, de la cual Chile no es la excepción. 

Es un hecho que gracias a la configuración y ubicación geográfica del territorio, así como su ventajosa posición respecto al ámbito oceánico y antártico, las decisiones de los gobernantes chilenos respecto a las estrategias geopolíticas, han sido consensuadas y convertidas en políticas de Estado. Al igual sucede en Brasil, en contraste a lo que acontece en Colombia, por cuanto prevalecen las políticas de gobierno. Esto se colige de las leyes expedidas en Chile y Brasil, a diferencia de  Colombia, donde no se ha logrado el consenso político requerido y cada gobierno de turno las define y ejecuta unilateralmente, con el apoyo de sus amigos y partidarios. De ahí que en Chile se pone de manifiesto mediante una agenda continua y permanente hacia el mar, que trasciende los gobiernos de turno, específicamente hacia el océano Pacífico, por lo que su enfoque y esfuerzos militares se concentran en la Armada y la Fuerza Aérea, primordialmente. 

Coherentemente, la proyección chilena hacia el Antártico sigue esta misma línea de pensamiento, sin tener mayor inherencia con los Estados de la región, más que con los que representen una ventaja económica y tengan intereses comerciales en el Pacífico o con aquellos que se oponen a su soberanía en el mar, Argentina y Perú. Finalmente, no se debe olvidar que Chile tiene un enfoque geopolítico muy importante en el norte, específicamente en el desierto de Atacama, lo que se constituyó en el factor determinante para que se diera la Guerra del Pacífico, terminando el siglo XIX, que le enfrentó contra los aliados Bolivia y Perú. Un conflicto armado entre 1879 y 1884, precedido por importantes disputas territoriales. 

Publicada: 19 diciembre, 2021. Disponible en https://724noticias.com.co/2021/12/19/chile-y-su-proyeccion-maritima/

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