Biden y las últimas decisiones de Trump

 


El presidente Joe Biden, tras su posesión el pasado 20 de enero y en sus primeros tres días de gestión gubernamental, firmó 30 directivas y decretos ejecutivos, superando ampliamente a sus dos últimos predecesores (Trump ocho y Obama nueve, en las dos primeras semanas de gobierno). Se destacan las medidas tomadas para combatir la pandemia del Coronavirus, con el uso obligatorio de las mascarillas y el distanciamiento social en los edificios federales, el plan por 1,9 billones de dólares para estímulos económicos a los afectados por la crisis pandémica, el regreso de Estados Unidos al acuerdo climático de París y la suspensión de la construcción del muro fronterizo con México, entre otras medidas. Lo anterior demuestra la firme determinación de Biden, para comenzar a revertir las cuestionadas políticas de su antecesor, en cumplimiento a lo prometido en campaña.

En dicho sentido, tendrá un largo trecho por recorrer durante su mandato, toda vez que ad portas de la entrega del poder, cuando comúnmente el presidente saliente tiene muy poco margen de maniobra política, el gobierno de Donald Trump tomó decisiones de fondo frente a China, Cuba e Irán. Su importancia radica en que le ponen palo a la rueda de las políticas que, en materia de relaciones exteriores, emprenderá Biden como presidente 46 de los estadounidenses.

Con relación a China, unido al respaldo de Estados Unidos mediante la venta de armas y otros servicios de defensa a Taiwán, a partir del 9 de enero, la tensión generada por la decisión del gobierno saliente de levantar las restricciones que impedían los contactos oficiales entre funcionarios de los dos gobiernos. De hecho, durante décadas los diplomáticos taiwaneses tenían vedado ingresar al Departamento de Estado, por lo que las reuniones con sus homólogos estadounidenses se realizaban en sitios públicos, tales como hoteles. Aspectos sensibles para China, debido a que el territorio de la República China democrática (Taiwán) es indisputable y, por ende, la considera como su isla rebelde. Más aún, el último día de Trump en la presidencia, se agudizaron las relaciones por la declaración de Washington calificando de genocidio cultural y crímenes de lesa humanidad, las prácticas de Pekín contra la etnia de los uigures en Xinjiang.

En cuanto a Cuba, el 11 de enero,  fue incluida nuevamente por el Departamento de Estado dentro de la lista de países que patrocinan el terrorismo internacional. La decisión fue sustentada en la negativa del gobierno cubano al pedido de Colombia, para extraditar a los cabecillas del Eln por el atentado terrorista y asesinato de 22 cadetes, en la Escuela de Policía General Santander (17-Enero-2019). También, por la alianza de Cuba con Venezuela, dado que el gobierno estadounidense promueve la transición del gobierno dictatorial e ilegítimo de maduro a otro democrático, con elecciones libres y transparentes.

Finalmente, el 12 de enero, Irán fue señalado por el Secretario de Estado, Mike Pompeo, de constituirse en “la nueva sede central” del grupo terrorista Al Qaeda y mantener una estrecha vinculación con su accionar. Días después, se agregó el pronunciamiento del Departamento de Estado sobre la declaratoria que hará, como organización terrorista, de los rebeldes hutíes de Yemen. Si bien dicha acción podría agravar la profunda crisis humanitaria del país africano, los aliados de Estados Unidos en el golfo la respaldan, porque se convertiría en un duro mensaje para Irán que apoya a los hutíes, quienes combaten a la coalición liderada por Arabia Saudita en Yemen, desde 2015.

En consecuencia, la administración Trump y sus últimas decisiones, de alguna manera complicará al presidente Biden en el manejo de las deterioradas relaciones con China, conducción que hasta ahora es una incógnita. Con Cuba seguramente buscará continuar el proceso de normalización de las relaciones, iniciado en la era Obama y congelado desde la llegada del anterior gobierno; pero no será fácil o, por lo menos, largo el proceso de sacar a Cuba, antes que incluir también a Venezuela como patrocinador del terrorismo, si se ejerce influencia desde el Congreso para ello. Además, es necesario considerar que el gobierno entrante de Biden, igualmente ha puesto la mira en Venezuela. Por último, la presión ejercida sobre los persas deja entrever un reforzamiento ante la intención de que Estados Unidos regrese, después de su retiro en 2018, al acuerdo nuclear logrado en julio de 2015 entre Irán y el bloque conformado por China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia y Alemania.

Publicada: 24 enero, 2021. Disponible en https://724noticias.com.co/2021/01/24/opinion-biden-y-las-ultimas-decisiones-de-trump/

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