La disputa por el agua en África


Se reaviva la tensión en el continente africano, entre Egipto, Sudán y Etiopía, por la decisión del gobierno etíope de continuar con el llenado del embalse de su Gran Represa del Renacimiento, cuya construcción inició sobre el cauce del río Nilo en 2011, cuando la Primavera Árabe estaba en desarrollo y Egipto distraído con la caída del régimen de Mubarak. Lo anterior, como resultado del fracaso de las conversaciones adelantadas a comienzos de la semana pasada, por los cancilleres de los tres países, al no llegar a ningún acuerdo sobre el funcionamiento y explotación de la mega represa de 74.000 millones de metros cúbicos. A hoy, la operación de llenado se encuentra en un 6,62%, con 4.900 millones de m3 vertidos el año pasado y aspira bordear el 25% a finales de este año, alcanzando los 18.400 millones de m3. 

Como bien se ha vaticinado, los conflictos en el futuro se darán por el agua. Sin embargo,  un primer enfrentamiento podría darse en las circunstancias actuales, dado que si para Etiopía la represa no representa ningún daño importante y no afectará el flujo de agua para Egipto y Sudán, otra cosa piensa y expresa la contraparte. Etiopía, ha fundamentado la construcción en que permitirá un flujo constante y regular durante todos los años, al mismo tiempo que generará un estímulo al crecimiento económico para disminuir los índices de pobreza, subsanar el faltante de energía eléctrica para el 60% de su población y promocionar la integración regional. 

Al contrario, Egipto considera que el llenado de la represa significa un serio peligro de seguridad alimenticia, ya que perdería gran parte del precioso recurso hídrico que le proporciona el río Nilo, máxime si hacia 2025 comenzará a sufrir escasez de agua, según predice la ONU. Además, el riesgo de perder la gran influencia política milenaria que ha tenido sobre esta vertiente fluvial de 6.583 kilómetros, la más larga de África y la segunda del mundo, después del río Amazonas con 6.992 kilómetros. 

En efecto, el 85% del cauce del Nilo se encuentra en las tierras altas de Etiopía, lo que aumenta la preocupación egipcia sobre una potencial capacidad etíope de controlar su flujo, justificado en el desarrollo energético para los países aguas abajo. Por ende, cualquier amenaza al agua de Egipto se traduce en pérdida de soberanía y una cuestión de supervivencia, dada su ubicación en la parte baja y dependencia del río para el sustento de una población que supera los 100 millones de habitantes, asentados a lo largo de su ribera. De ahí que la reducción del agua que llega a Egipto, destruiría cientos de miles de acres de tierra productiva y constituye un asunto de seguridad nacional. 

Por su parte, Sudán mantiene acuerdos con Egipto sobre distribución del volumen de agua, con el 25% y 75%, respectivamente, con base en un derecho histórico colonial de 1959, por lo que se arrogaban el poder de veto sobre la construcción de cualquier represa que limitara sus reservas. Ante el temor que la falta de agua afecte gravemente a ambos países, Egipto y Sudán invocan ese derecho histórico y no descartan ninguna opción para defender sus intereses, lo que entraña una amenaza velada. Dejando de lado que la combinación de energía y niveles de agua se mantengan regulares cada año, favoreciendo los vastos proyectos de irrigación sudaneses, actualmente obstaculizados por la diferencia de 8 metros entre los niveles alto y bajo del agua en Sudán. Diferencia que disminuiría a 2 metros, con la represa funcionando.

Los puntos de desacuerdo, desde el anterior ciclo de negociaciones en enero de 2020, están en el llenado del embalse y el funcionamiento posterior de la represa. Etiopía inicialmente propuso culminarlo en 2022, es decir, en dos años; mientras que Egipto insistió en extender el inicio de la operación de llenado hasta 2027, para prepararse frente a la disminución estimada del 25% del caudal del río, durante tres años. Para sortear la discordia, el gobierno etíope propuso realizar el llenado entre cuatro y siete años, pero el Cairo también se opuso. No obstante, tras años de negociaciones y el ciclo de las últimas reuniones fallidas, entre el domingo y martes pasados en Kinshasa, capital de la república del Congo, se espera retomar las conversaciones antes de finalizar este mes. 

El diálogo y un acuerdo sobre la Gran Represa en el Nilo, entre  Etiopía, Sudán y Egipto, señalan el derrotero para evitar lo que podría ser la primera conflagración continental por causa del agua. Sin duda, demandará esfuerzos de los actores en contienda para resolver su controversia en el nivel ministerial o pasar a la instancia de los jefes de Estado. Si no se resuelve, es posible recurrir al mecanismo de conciliación que implicaría la mediación internacional de un cuarto país, como parte neutral. 

Por lo pronto, la internacionalización de la disputa con participación de la Unión Africana, Estados Unidos y la Unión Europea, es una alternativa viable para propiciar puntos de coincidencia. Esto es, facilitar un acuerdo como lo ha pedido Etiopía, al mismo tiempo que este sea legalmente vinculante, para satisfacer el interés de Egipto y Sudán. En todo caso, la situación etíope es desigual en la medida que dispone del Nilo pero no ha desarrollado el potencial de este recurso estratégico que proporciona poder y crecimiento  económico, como sí lo han hecho Egipto y Sudán.

Publicada: 11 abril, 2021. Disponible en https://724noticias.com.co/2021/04/11/la-disputa-por-el-agua-en-africa/

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