Cuba: mercado y democracia

 

Creo que la economía de mercado sigue siendo fundamental para que en Cuba se dé una democratización, así sea en el largo plazo. De ahí las sugerencias sobre cómo se puede lograr, en mi reciente columna “¿De las protestas hacia una transición democrática en Cuba?”. De hecho, es muy difícil que el régimen cubano pueda hacer lo mismo que China y Vietnam, con un capitalismo salvaje rampante, y seguir siendo comunista.

China es un caso particular, su expansión es eminentemente ideológica y económica, pero ha tenido cuidado de expandir su economía y controlar las reformas a través del Partido Comunista chino. Del mismo modo que China, Vietnam lo ha logrado mediante una economía de libre mercado con orientación socialista, así su dirigencia pregone que “el partido no arbitra, sino que dirige”. Es decir, bajo un control riguroso del partido comunista, sin dar cabida a que haya una liberación que ponga en peligro la estabilidad del sistema político.

En contra de lo anterior tenemos lo ocurrido con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, cuya disolución se produjo por las políticas de perestroika y glásnost; la primera se ocupaba de la reestructuración económica, mientras la segunda se concentraba en liberalizar el sistema político. Sin embargo, no les fue posible controlar lo uno, ni lo otro, porque el problema reside en que las reformas económicas, en regímenes cerrados, son subversivas. En consecuencia, si no se controlan, el sistema político sufre una implosión y se derrumba, al igual que en la extinta Unión Soviética.

Por ello es claro que los Castro, en Cuba, siempre se cuidaron de hacer reformas económicas amplias, como  las realizadas en China desde Deng Xiaoping, el artífice del milagro chino, y Vietnam, a partir de 1986. Todo esto lo sabe Miguel Díaz-Canel, lo que explica su prevención en materia de reformas económicas, a fin de no dar “espacio a la restauración capitalista y evitar una transición que destruya lo logrado durante tantos años” de revolución. En efecto, así lo dijo durante su discurso de posesión presidencial, en abril de 2018.

Unido a esta perspectiva se encuentra Venezuela y su régimen, un remedo de Cuba iniciado con Chávez, amparado por el gobierno cubano como padre putativo de su tragedia. Los resultados saltan a la vista, pese a los ingentes recursos energéticos, el pueblo venezolano está sumido en la pobreza y la ignominia. Mientras tanto, Cuba sigue ahí, como una rémora, porque su interés además de político es primordialmente económico. Efectivamente, desde 1999, Venezuela ha sido el tanque de oxígeno para Cuba, tras sufrir para sobrevivir por la disolución de la antigua Unión Soviética, su principal soporte económico hasta 1991.

No obstante, después de exprimir a Venezuela, Cuba vuelve a sufrir ante la escasez de recursos. Por tanto, desde Raúl Castro, el gobierno cubano ha venido haciendo acercamientos con Estados Unidos, lo que constituye una oportunidad para  materializar la tan esperada transición democrática. Así las cosas, cuando el poderoso mercado estadounidense de más de 300 millones de habitantes invada a Cuba, será muy difícil que el régimen resista. Basta recordar la frase del mismo Raúl: “Los frijoles valen más que los cañones”.

Publicada: 29 agosto, 2021. Disponible en https://724noticias.com.co/2021/08/29/cuba-mercado-y-democracia/

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