Diplomacia de Defensa: marcos teóricos y diferencia entre diplomacias

Resumen

La Diplomacia de Defensa se posiciona como una herramienta multidimensional, actuando como motor de estabilidad y promotor de la cooperación internacional. Basada en diversos marcos teóricos como el realismo, el constructivismo y la teoría de juegos, entre otros, se adapta a un entorno internacional cambiante. Se distingue de la Diplomacia para la Seguridad y la Diplomacia Militar al enfocarse en el empleo de recursos diplomáticos para proteger intereses nacionales.

Palabras clave: diplomacia de defensa, marcos teóricos, diplomacia para la seguridad, diplomacia militar.

Introducción

En el complejo entramado de las relaciones internacionales y la política exterior, emerge un concepto vital y en constante análisis: la Diplomacia de Defensa. Este enfoque estratégico ha despertado debates y reflexiones debido a su influencia en la proyección de los intereses nacionales en el escenario global. Aunque su definición exacta suscite diversidad de interpretaciones, la Diplomacia de Defensa generalmente se entiende como el empleo pacífico del aparato de defensa de un Estado para avanzar sus intereses a nivel internacional.

Sin embargo, no solo se limita a la esfera militar, su amplitud se extiende a la promoción de valores democráticos, la cooperación regional y salvaguarda de la seguridad global, como se ahondará inicialmente. Luego, se abordarán los distintos marcos teóricos que nutren la Diplomacia de Defensa, desde el realismo hasta la teoría de la seguridad humana, para moldear su práctica y conceptualización, adaptándose a un entorno internacional cambiante y desafiante. 

Por último, es fundamental comprender la distinción entre la Diplomacia de Defensa, la Diplomacia para la Seguridad y la Diplomacia Militar, ya que aunque comparten puntos de conexión, difieren en sus enfoques y alcances dentro del ámbito de la política internacional y la seguridad. Estas diferencias, así como sus respectivas implicaciones, definen el papel único que desempeña la Diplomacia de Defensa en la configuración de la paz y la estabilidad a nivel global.

Diplomacia de Defensa 

La Diplomacia de Defensa es un concepto que ha sido objeto de estudio y debate en el ámbito de las relaciones internacionales y la política exterior. Aunque no existe una definición universalmente aceptada y exacta, generalmente se refiere al uso no violento del aparato de defensa de un Estado para avanzar sus intereses en el ámbito internacional, concepto ampliamente desarrollado en mi artículo anterior en la tercera edición de GEODESE. 

En su esencia, esta forma de diplomacia se erige como un pilar fundamental para la prevención y resolución de conflictos, apostando por la cooperación y la colaboración regional e internacional. En materia prevención, su función principal es establecer lazos de defensa y seguridad con socios extranjeros, apoyándose en el diálogo estratégico, el intercambio de información, la asistencia y la cooperación militar, para prevenir desavenencias y fortalecer la estabilidad (Azuara, 2009). 

Del mismo modo, la diplomacia de defensa no solo busca proteger los intereses nacionales, sino que también promueve la cooperación regional en el terreno de la paz y la seguridad, al fomentar la confianza, prevenir conflictos, gestionar crisis, colaborar en seguridad y promover la estabilidad en una región determinada. Al mismo tiempo, se constituye en un medio para inculcar valores democráticos modernos en las relaciones cívico-militares (Abella y Torrijos, 2020).

Conjuntamente, se constituye en una herramienta efectiva para la resolución de conflictos internacionales, fortaleciendo las acciones de la diplomacia multilateral y estableciendo mecanismos insolubles e inamovibles que resultan estratégicos en las crisis (Vargas, 2022). De ahí que es un instrumento importante para la cooperación internacional en el ámbito de la seguridad y la paz,  promoviendo la transparencia y fomentando posiciones sobre intereses comunes.

Principales marcos teóricos

La Diplomacia de Defensa se basa en varios marcos teóricos de referencia que guían su práctica y conceptualización. Entre los principales, se tienen: el realismo, el constructivismo, la teoría de juegos, el institucionalismo y la teoría de la seguridad humana. 

En el enfoque realista, se considera que los Estados buscan maximizar su seguridad y poder (Morgenthau, 1986). Por lo tanto, la Diplomacia de Defensa se entiende como un medio para proteger los intereses nacionales y proyectar el poder militar como parte integral de la política exterior. El constructivismo se centra en cómo las ideas, identidades y percepciones moldean las relaciones internacionales (Wendt, 1992). Desde este enfoque, la Diplomacia de Defensa se vincula con la construcción de la seguridad a través del diálogo, la cooperación y la formación de alianzas basadas en identidades compartidas.

Respecto a la teoría de juegos, esta proporciona un marco para comprender las interacciones estratégicas entre actores, incluidos los enfoques cooperativos y competitivos (Allan & Dupont, 1999). En el contexto de la Diplomacia de Defensa, se emplea para analizar escenarios y tomar decisiones estratégicas en un entorno de seguridad. En cuanto al institucionalismo, enfatiza el papel de las instituciones internacionales en la formulación de políticas y prácticas de defensa (North, 1990). Así entonces, la Diplomacia de Defensa se ve influenciada por tratados, alianzas y organizaciones internacionales que regulan y promueven la seguridad colectiva.

Finalmente, la teoría de la seguridad humana, cuyo enfoque está en la seguridad de las personas más que en la seguridad de los Estados (Pnud, 1994). En la Diplomacia de Defensa, esto implica un enfoque en la protección de los individuos frente a amenazas como el terrorismo, los desastres naturales y la inestabilidad social.

Diferencia entre las Diplomacias 

La Diplomacia de Defensa, Diplomacia para la Seguridad y Diplomacia Militar, son tres áreas que se encuentran estrechamente relacionadas, pero tienen enfoques distintos en el ámbito de la política internacional y la seguridad. 

La Diplomacia de Defensa se refiere al uso no violento del aparato de defensa de un Estado para desarrollar sus intereses en el ámbito internacional (Álvarez, Villalba y Fernández, 2022). De aquí que se concentra en la utilización de recursos diplomáticos para promover y proteger los intereses de defensa nacional. Esto implica la cooperación con otros países en temas de seguridad, intercambio de información militar, acuerdos de defensa mutua, entrenamiento conjunto, y coordinación en estrategias para enfrentar amenazas comunes o mantener la estabilidad.

Entre tanto, la Diplomacia para la Seguridad se enfoca en la prevención de conflictos internacionales, al establecer relaciones de defensa y seguridad con socios extranjeros, mediante el diálogo estratégico, el intercambio de información, la asistencia y la cooperación militar (Abella y Torrijos, 2020). Por consiguiente, tiene un alcance más amplio que la Diplomacia de Defensa, toda vez que abarca la promoción de la seguridad en general, no solo desde una perspectiva militar. Además, incluye la diplomacia preventiva para evitar conflictos, la gestión de crisis, la lucha contra el terrorismo, el control de armas, la no proliferación nuclear, la seguridad cibernética y otras amenazas transnacionales.

Por otro lado, la diplomacia militar se centra en el empleo sin coacción, en tiempo de paz, de los recursos necesarios de la defensa para el logro de objetivos nacionales concretos, básicamente a través de la relación con otros (Vargas, 2022). Así que se orienta específicamente en el papel de las fuerzas militares en las relaciones internacionales y la diplomacia, lo que implica la participación de militares en misiones diplomáticas para establecer vínculos con las fuerzas de otros países. Así mismo, intercambiar información, desarrollar acuerdos de cooperación militar y participar en programas de intercambio para fomentar la comprensión mutua y la confianza.

De lo anterior se colige que la Diplomacia de Defensa se diferencia de la Diplomacia Militar en que esta última se enfoca en el uso de los militares para apoyar misiones diplomáticas, mientras que la diplomacia de defensa abarca la totalidad del establecimiento de defensa de un Estado. 

Conclusiones

La Diplomacia de Defensa emerge como un componente esencial en la configuración de las relaciones internacionales contemporáneas. A lo largo de este análisis, se ha podido vislumbrar su papel integral en la prevención y resolución de conflictos, así como su contribución significativa a la promoción de la seguridad y la paz a nivel global.

Este enfoque estratégico, aunque carece de una definición unívoca, converge en un propósito común: el uso no violento del aparato de defensa de un Estado para salvaguardar sus intereses en el escenario internacional. Sus implicaciones trascienden el ámbito militar para abrazar valores democráticos, fortalecer la cooperación regional y promover la seguridad humana, posicionándola como un elemento clave en la salvaguarda de individuos frente a las amenazas transnacionales.

La riqueza teórica que fundamenta la Diplomacia de Defensa, anclada en paradigmas como el realismo, el constructivismo, la teoría de juegos, el institucionalismo y la seguridad humana, destaca su capacidad de adaptación y flexibilidad para enfrentar desafíos emergentes en la arena internacional. Estos sirven de lentes, a través de los cuales se analiza y comprende la Diplomacia de Defensa, aunque su aplicación y relevancia varíe según el contexto y/o los actores involucrados.

Es importante diferenciar entre la Diplomacia de Defensa, la Diplomacia para la Seguridad y la Diplomacia Militar, ya que, aunque comparten objetivos en común, su alcance y enfoques divergen. En tanto la Diplomacia de Defensa se centra en el uso de recursos diplomáticos para proteger los intereses nacionales, la Diplomacia para la Seguridad abarca una gama más amplia de medidas preventivas y colaborativas en materia de seguridad, y la Diplomacia Militar se concentra en el uso específico de fuerzas militares en misiones diplomáticas.

Referencias

Abella, J., y Torrijos, V. (2019). La diplomacia para la seguridad en el posicionamiento estratégico de Colombia en el ámbito de la paz y la seguridad regional: reflexiones desde el concepto de diplomacia de defensa. Revista Relaciones Internacionales, Estrategia y Seguridad, 15(1). 129-144. DOI: https://doi.org/10.18359/ries.4013

Allan, P., & Dupont, C. (1999). International Relations Theory and Game Theory: Baroque Modeling Choices and Empirical Robustness. International Political Science, 20(1), 23–47. http://www.jstor.org/stable/3451620 

Álvarez, C., Villalba, L, y Fernández, A.(2022). Intereses nacionales y diplomacia de defensa. Aportes a la formulación de la política exterior colombiana. Revista Logos Ciencia & Tecnología , 14(3), 149-165. https://www.redalyc.org/journal/5177/517775534011/html/

Azuara, I. (2009). Diplomacia de Defensa. Boletín de información, (308), 75-116. CESEDEN. https://dialnet.unirioja.es/revista/11357/A/2009

Morgenthau, H. (1986). Política entre las naciones: la lucha por el poder y la paz [Traducido al español de Politics Among Nations: the struggle for power and Peace (1951)] (3a Ed). Grupo Editor Latinoamericano.

North, D. (1990). Institutions, institutional change and economic performance. Cambridge University Press. http://dx.doi.org/10.1017/CBO9780511808678

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo [Pnud]. (1994). Informe sobre Desarrollo Humano 1994. FCE. https://hdr.undp.org/system/files/documents//hdr1994escompletonostatspdf.pdf

Vargas, C. (2022). Diplomacia de defensa: herramienta para la resolución de conflictos. Estudios en Seguridad y Defensa, 17(33), 73-93. https://doi.org/10.25062/1900-8325.326

Wendt, A. (1992). Anarchy is what States Make of it: The Social Construction of Power Politics. International Organization, 46(2), 391-425. https://www.jstor.org/stable/2706858?origin=JSTOR-pdf






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