La relación colombo-venezolana y su litigio inconcluso

El primer hito generador de tensión entre Colombia y Venezuela, después de la disolución de la Gran Colombia en 1831, fue el litigio existente por la falta de acuerdo para delimitar las fronteras terrestres y marítimas entre los dos países. La demarcación de los límites fronterizos de las dos naciones hermanas, al igual como sucedió con la mayoría de las fronteras territoriales trazadas en América Latina, se rigieron por el principio internacional Uti possidetis Juris de 1810, que se instituyó en la base de sus tratados territoriales y laudos arbitrales.

No obstante, se hizo evidente que llevar a la práctica este principio se tornaba extremadamente difícil dadas las imprecisiones contenidas en las cartas de la época colonial, las deficiencias existentes en términos de referencias geográficas, problemas en los nombres que eran sustituidos a través del tiempo y los cambios naturales producidos en el curso normal de los ríos fronterizos.

Este tipo de inconsistencias, dieron margen a que se presentaran problemas al momento de entrar a definir las fronteras, dificultando o imposibilitando los Acuerdos y Tratados.

He aquí, la razón fundamental del origen del diferendo limítrofe entre Colombia y Venezuela, que data de 1830 con la separación de la Capitanía General de Venezuela de la Gran Colombia y que solo llegó a una solución parcial al cabo de cinco negociaciones, algunas fallidas, que tomaron más de cien años. La solución parcial del litigio llegó con el Tratado López de Mesa-Gil Borges, al concretarse la demarcación de las fronteras terrestres y navegación de los ríos comunes entre Colombia y Venezuela, siendo la navegación el punto neurálgico para llegar a un acuerdo definitivo.

Dicho acto se realizó el 5 de abril de 1941, en el Templo del Rosario de Cúcuta, donde precisamente se había realizado el Congreso Constituyente de la Gran Colombia en 1821. Este tratado se erigió en un hito importante para los dos países vecinos, por cuanto constituyó “el reconocimiento de lo que desde 1833 reclamaba Colombia, basándose en los principios del derecho universal; la libre navegación de los ríos comunes” (Andrade, 1965, p. 473).

De lo anterior se desprende que, si bien se delimitó la frontera terrestre, desde entonces no ha existido una solución definitiva de los límites marítimos y submarinos. Por esta razón, el diferendo limítrofe se convirtió en la causa principal de conflicto entre Colombia y Venezuela, debido al gran valor que representa el golfo de Venezuela (de Coquibacoa, para Colombia), por el interés nacional que reviste para ambos países en lo económico y geopolítico.

De un lado, la importancia económica que tiene el golfo como vía comercial marítima hacia el mar Caribe y, por el otro, que geopolíticamente representa una prolongación del territorio, donde están en juego los inmensos recursos naturales existentes. Allí, sobresalen los ricos yacimientos de hidrocarburos –petróleo y gas natural– que se traducen para quién los posea, en fuente de poder a nivel regional, a la vez que proporciona una amplia influencia en el orden internacional.

Por consiguiente, dada la crítica situación interna que vive el vecino país y aunque el diferendo limítrofe pasó a un segundo plano en la relación bilateral, mientras persista la indefinición, no se debe perder de vista la probabilidad de su instrumentalización política por parte del régimen venezolano.

*Referencia: Andrade, F. (1965). Demarcación de las fronteras de Colombia. En Historia Extensa de Colombia, Vol. XII. Bogotá, Colombia: Ediciones Lerner. 

Publicada: 25 octubre, 2020. Disponible en https://724noticias.com.co/2020/10/25/la-relacion-colombo-venezolana-y-su-litigio-inconcluso/


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